ENTREVISTA A KIMIKO NONOMURA “La melfa es una hermosa armadura del espíritu indomable de las mujeres saharauis”
Kimika es su nombre artístico, es artista, japonesa, vive en Sevilla y su obra está estrechamente vinculada al Sáhara Occidental. Kimika ha cedido uno de sus últimos trabajos para ilustrar y dar significado al proyecto de Las Resistentes. Hemos tenido la oportunidad de hacerle una entrevista para profundizar en su visión artística, su obra y sobre todo descubrir los lazos que le unen a las mujeres en resistencia y a la lucha por un Sáhara libre.
¿Cuál es tu trayectoria artística en pocas líneas?
Estudié Materiales de Pintura Tradicional Japonesa y al mismo tiempo Técnicas pictóricas, en la Universidad de Bellas Artes y Música de Aichi. Llevar adelante una doble especialización fue complicado, pero realmente disfruté de la experiencia. Después trabajé como Técnica de Restauración de arte en el Centro Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del Museo Nacional de Kyoto. En el transcurso de este tiempo restauré tesoros nacionales, bienes culturales muy importantes y pinturas japonesas de valor incalculable. El trabajo era agotador y muy exigente, pero ser parte de la preservación de la historia japonesa fue muy gratificante para mí. Así que ahora puedo mezclar mi pasión por las tradiciones de mi cultura con mi producción artística.
Después me mudé a vivir a Irlanda y de ahí salté al Sáhara. He participado en sucesivas ediciones (2011- 2016) de ARTifariti el Festival Internacional de Arte y Derechos Humanos en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, Argelia.
¿Qué vínculo tienes con el Sahara Occidental?
En 2011 viajé por primera vez al Festival de Arte y Derechos Humanos ARTifariti, en los campamentos de refugiados saharauis, una experiencia que ha marcado profundamente nuestras vidas y nuestra forma de entender el arte. Desde entonces estos viajes se han repetido y he sostenido con mis amigos una dilatada conversación sobre el poder del arte como vía de transformación, tanto social como personal, y como fundamento de una acción no violenta a través de las circunstancias del conflicto.
¿Cómo se llaman exactamente las obras que has decido al proyecto de las Resistentes ¿Por qué esos títulos?
Tienen muchos títulos, por ejemplo: El baile de la baraca, Mujeres, El Muro de las Resistentes, Muro de vida , Hiladas , y El frig de la libertad. Los trozos de tela con los que trabajo son parte de la colorida vestimenta tradicional de la mujer Saharaui; la melhfa, una pieza de cuatro metros de tela de brillantes y llamativos colores teñidos a mano, con la que las mujeres envuelven su cuerpo y su cabello para protegerse del sol, de las inclemencias y dureza del clima en el desierto y al mismo tiempo sentirse bonitas.
Las mujeres saharauis huyendo al desierto en el éxodo de la Marcha Verde, colgaron sus melhfas para ofrecer sombra y protección a sus familias, convirtiéndose en las primeras jaimas plantadas en el exilio
En una de las ediciones del festival propuse una acción; frente al “muro de la vergüenza” levantar un muro de mujeres resistentes y lo titulé El muro de las resistentes. Más adelante quise llevar esta idea a un terreno plástico y confeccionar una gran tela. Le pedí a muchas mujeres amigas que me regalaran voluntariamente un pedacito de su melhfa, y todas ellas colaboraron gustosas y orgullosas de ser mujeres resistentes en este conflicto. Tengo un video en el que las mujeres rasgan sus melhfas y de esta forma darme un trocito de ellas mismas.
Los trozos de sus melhfas forman mi paleta multicolor, que coso, pego, uno, trazo, entretejo, ato, enlazo y confronto, para conformar estas obras textiles que se deslizan sinuosamente entre la delgada línea que separa lo figurativo y lo abstracto, y son como el desierto, muestran el todo y la nada.
¿Qué significado tiene para ti la melfha? ¿Por qué has utilizado la melfha para representar a las mujeres saharauis? ¿Por qué has querido representar vulvas?
La melhfa es una hermosa armadura del espíritu indomable de las mujeres saharauis, que con su sabiduría y su coraje tejen las redes humanas de la resistencia en el día a día.
La palabra melhfa también significa en hasanía “cubrir” y sabemos cómo las mujeres saharauis, huyendo al desierto en el éxodo durante la invasión militar de la Marcha Verde, colgaron sus melhfas de las ramas de los árboles para ofrecer sombra y protección a sus familias, convirtiéndose en las primeras jaimas plantadas en el exilio que dieron lugar a los campamentos de refugiados.
Mis textiles muestran la evolución de mi trabajo con las mujeres saharauis y en ellos se pueden ver muchas cosas; una mujer dentro de otra y esta a su vez dentro de otra, o una referencia a la figura de la madre, o también la imagen que devuelven dos espejos enfrentados que transportan a la mujer hacia el infinito entrópico…También puedes ver vulvas y eso me gusta porque prefiero sumar y dejar abiertas las percepciones.
A través de mi arte quiero expresar los sentimientos, el alma y las emociones de la vida cotidiana en el lugar que me rodea
¿Dónde han sido expuestas estas obras o dónde las quieres exponer?
He participado en diferentes exposiciones y muestras colectivas e individuales. Ahora se pueden ver en mi web e Instagram y han sido publicadas en libros, carteles y artículos en revistas.
¿Qué proyectos tienes en el futuro?
A finales de febrero tengo una exposición en Japón donde mostraré la evolución y derivas a la que me llevan todos estos trabajos.
¿Crees que el arte es una herramienta de resistencia?
Utilizo el arte como una forma de comunicación y como una manera de cuestionar y abordar preguntas, compartirlas con otros y encontrar la verdad que estoy buscando. A través de mi arte quiero expresar los sentimientos, el alma y las emociones de la vida cotidiana en el lugar que me rodea. Me gusta conectar con el lugar donde voy a trabajar a través de la gente, el alma y el aire.
Creo que el arte es conversación y la conversación es diálogo, el diálogo entendimiento y el entendimiento puede transformar y aportar muchas perspectivas. Además, el arte requiere un proceso que cierran las personas que lo ven, de lo contrario sería siempre un proceso incompleto.
A mí me gusta pensar que el arte es un lugar en el que sostener la mirada en los ojos del «otro», hasta que encontremos nuestros propios ojos reflejados en ella.